Cuatro razones más una para visitar la valenciana Torrent sede del último Challenger regular 2022

20/10/2022
La capital de la Huerta Oeste valenciana, a escasos 9 kilómetros de la ciudad del Turia, cuenta con grandes atractivos turísticos relacionados con su historia, patrimonio, gastronomía y cultura y a los que, del 30 de octubre al 6 de noviembre, se une el deportivo de la mano de los Challenger de World Padel Tour que acercará hasta Torrent el espectáculo del pádel del más alto nivel.

Dicen los que saben de esto, que son cuatro razones por las que se debe visitar la localidad valenciana de Torrent, a saber: Historia, lugares de interés, gastronomía y fiestas. Pero la familia naranja estamos convencidos de que a esos atractivos habría que sumar el deportivo. ¿El motivo? La disputa, del 30 de octubre y hasta el 6 de noviembre, del TAU Cerámica Torrent Challenger de World Padel Tour. Un evento de pádel de primer nivel que, con total seguridad, atraerá a centenares de aficionados y aficionadas a este joven deporte hasta la ciudad torrentí. 

La para nosotros y en valenciano Torrent, que no Torrente, es un localidad situada en el área metropolitana de Valencia y a nueve kilómetros de la ciudad del Turia. Capital de la comarca de la Huerta Oeste, es el sexto municipio más poblado de la Comunitat Valenciana por detrás de las tres capitales de provincia, Elche y Torrevieja.

Las fiestas patronales de Torrent, algo lejanas en el tiempo, se celebran entre el 23 y el 30 de julio en honor a los ‘santos de la piedra’, San Abdón y San Senén, porque es a ellos a quienes, desde tiempo inmemorial, los agricultores locales piden en oración que el granizo o las inclemencias del tiempo no destrocen las cosechas. Y, entre los actos más destacados de estas celebraciones, los desfiles de Moros y Cristianos, y la ‘trabucà’ o cohete que se arroja a ras de suelo y anda culebreando hasta que se acaba la munición que lo impulsa. 

Antes, también destacar, el 1 de febrero y la ‘Entrà de la flor’ en la que se celebra que los almendros empiezan a florecer. Y el 3 de febrero, la fiesta de San Blas y en la que sólo participan niños de 2 a 5 años solícitos en favor de la intercesión del santo para Dios los libera de las dolencias garganta y de cualquier otro mal. 

Ese día se degusta, además, el plato torrentí por excelencia, la ‘cassola de Sant Blai’ o ‘rossejat torrentí’, un arroz que mezcla lo dulce y lo salado, y que se cuece al horno. Y otro plato también tradicional y que debemos probar, ese u otro día, el ‘arrós amb fesols i naps’, un arroz de invierno con judías y nabos, al que se le añade ternera, cordero, conejo o ‘botifarres de ceba’ (morcillas de cebolla), entre otro ingredientes.

Un pueblo con una larga historia

Según los estudiosos, si bien la fundación oficial como villa data de la Reconquista (711-1492), los diversos restos arqueológicos encontrados (monedas, utensilios y armas), así como la torre, ‘santo y seña’ de la localidad, y su fortificación, indican que ya contaba con moradores durante la Edad de Bronce (1700-1100 a. C.) De hecho, se conservan restos de poblamientos ibéricos como la Llometa del Clot de Bailón. 

Pero es durante la romanización cuando su territorio se puebla densamente, con numerosas villas rústicas o casas de campo, como Mas del Jutge, l’Alter, Sant Gregori o las Peñas. Y, a partir del s. VIII, vivió bajo el dominio musulmán, que dejó su impronta en el núcleo urbano, con calles estrechas, tortuosas y sin salida, y en la zona rural, con partidas como Benisayet o Rafol, así como los restos de los despoblados de Carrasquera y Molinell.

En 1238 y una vez finalizada la conquista de Valencia por Jaime I, el rey firma un documento por el cual regala Torrent y otros pueblos a la Orden de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta, más conocida como Orden de Malta o Caballeros Hospitalarios, que le había ayudado en la contienda, para que los administrara. La Orden decide poblarlo con cincuenta cristianos viejos, cediéndoles casas y tierras. Pero surgen las disputas con el obispo de Valencia que reclama el derecho a cobrar el diezmo. Y en 1243, el obispo de Lérida declara que los Caballeros Hospitalarios y el obispo valenciano se lo repartan a partes iguales y se zanja el conflicto. Así, en 1248, se funda la villa de Torrent, que pertenecería a la Orden de Malta hasta 1807.

Monumentos de interés

Entre los principales monumentos religiosos de Torrent, bien vale una visita la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, que forma parte de la ciudad desde la conquista cristiana en 1238. Es uno de los bienes más conocidos y valorados por los vecinos. Su campana resuena en toda la ciudad y son notables sus puertas de la Huerta y de la Asunción, su altar mayor, coro y museo. Pero también cabe destacar la iglesia de San Luis Bertrán, el monasterio de la Immaculada Concepción y la ermita de San Vicente Ferrer del Mas del Jutge.

Delante de la iglesia de la Asunción, se encuentra la cruz de término de Pere Mora (s. XVI), una de las cuatro que se erigen en tiempos de la reconquista del reino por Jaime I, para delimitar el municipio y que se correspondían con los cuatro puntos cardinales. Pero, sin duda, la de Pere Mora, es la más representativa, porque es de las pocas cruces de término que, siendo de estilo renacentista, se asienta en una base triangular. Sobre un capitel se aposenta la cruz, que en un lado presenta a Cristo crucificado y en el otro a la Virgen. Estuvo situada a la entrada de la localidad por el camino de Picanya y, en 1939, es restaurada y reconstruida en su emplazamiento actual.

De los monumentos civiles despunta, sin duda, la imponente Torre del Castillo, ubicada en la plaza mayor torrentí y de origen incierto. Aún no se sabe si romano o musulmán, porque la fábrica de mortero aparenta ser árabe, pero los fundamentos pueden ser romanos o anteriores. 

La torre en sí fue la edificación principal de la antigua fortaleza defensiva musulmana frente la constante amenaza de los reinos cristianos. De muros exteriores de gran espesor, tiene planta cuadrada y forma prismática levemente truncada. Cuenta con cinco plantas, abovedadas y compartimentadas formando diversas dependencias. Dos de los niveles han sido habilitados como salas de exposiciones. 

De los cuatro ángulos de su terraza superior, sobresalen las almenas con la cruz de la Orden del Hospital y la figura del murciélago. A mediados del siglo XIV, serán los caballeros hospitalarios quienes reforzarán la torre con un foso que mantenía alejadas las máquinas de asalto castellanas, y construirán una muralla que delimitaba y protegía a la población.

En el siglo XV y rodeada por una población en continuo crecimiento, el foso cae en un progresivo abandono hasta su desaparición. Ya en época contemporánea, la torre ha tenido funciones carcelarias, además de ser sede de juzgados hasta la aprobación del plan para su rehabilitación y posterior musealización.

A las afueras de Torrent, merece la pena visitar la casa, capilla y jardín de l’Hort o Huerto de Trénor, un conjunto arquitectónico de propiedad pública y extraordinario valor al haberse convertido el huerto en un botánico.

Tiene sus orígenes en una antigua ermita, sobre cuyos restos, San Juan de Ribera autoriza, en 1596, la fundación de un convento de religiosos franciscanos, del cual sólo se conservan algunos restos junto al huerto. Ya en el s. XIX y tras la desamortización de Mendizábal de 1836, el convento pasa a manos del Estado y, parte de los terrenos, a ser propiedad del conde de Montesinos en pública subasta.

Con el paso del tiempo, las dependencias del convento se dedican a casa de beneficencia, cuartel de la Guardia Civil, escuelas y demás, hasta que en 1889 se instalan en él los terciarios capuchinos. Y años después, los terrenos son adquiridos por la familia Trénor, de la cual coge el nombre el huerto. Y, en 1982, los propietarios ceden su uso como jardín público al Ayuntamiento de Torrent.

También cuanta cuenta con un gran valor arquitectónico, histórico y artístico, el chalé Giner-Cortina, hoy en ruinas y en estado de abandono tras sufrir un incendio en 2006. Enmarcado dentro del modernismo valenciano tardío, es una edificación de 1918, de estilo palaciego con inspiración neonazarí y neomudéjar. Un proyecto del arquitecto modernista valenciano más relevante y original, José María Manuel Cortina, realizado para su hermana Elvira María Salomé Cortina y su cuñado José Giner Viguer, cuando para las familias acaudaladas de la época la localidad torrentí tenía un gran atractivo.

A pesar de su deterioro, los estudiosos destacan la calidad y detalle de sus elementos decorativos, como las yeserías y los azulejos, de estilo neoárabe y procedentes de la reconocida fábrica valenciana Justo Vilar e Hijos y cuyo diseño se basa en edificios tan icónicos como la Alhambra de Granada o el Real Alcázar de Sevilla. Así como las verjas, diseño del propio arquitecto que combinan motivos medievales y modernistas. 

Y, por supuesto, merece la pena vistar los acueductos de los Arquets de Dalt y los Arquets de Baix, de época árabe (s. XIII), recientemente restaurados, y el poblado y cementerio mudéjares de la Carrasquera.

Pero que cada quien elija qué ver y qué probar, pero que se acerque hasta la capital de la Huerta Oeste valenciana, para vivir en directo el mejor espectáculo de pádel del momento. Los interesados e interesadas, podéis adquirir vuestras entradas en nuestra web. ¡Nos vemos en Torrent!

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