Alaior rezuma tradición histórica

28/11/2022
Alaior es en la actualidad la tercera población de la isla de Menorca y lo es por peso demográfico, por volumen económico de su aparato productivo y por su tradición histórica.

Contada la prehistoria de la localidad menorquina que acoge, del 1-4 de diciembre, el primer Challenger Final en la historia de World Padel Tour, vamos con la antigüedad más reciente. En uno de los documentos primordiales para conocer la historia medieval de Menorca, el ‘Pariatge’ de 1301, se hace mención expresa por primera vez al pueblo de Alaior. Es, en este escrito, en el que se recoge la primera organización económica, administrativa y eclesiástica de Menorca, y donde se hace referencia a la existencia de la parroquia de Santa Eulàlia.

Pero no será hasta 1304, cuando se hace efectiva la compra, ordenada en 1832 por el rey Jaume II de Mallorca, de la antigua alquería islámica de Ihalor, de donde deriva el nombre actual de la localidad alayorense. Y el primer gobierno municipal del pueblo se encuentra documentado en el año 1398. Pero se configurará con la forma que tendrá hasta el siglo XIX, en 1439, con la sentencia arbitral del gobernador de Mallorca Galcerán de Requesens y Santacoloma.

Entre tanto y durante el s. XIV, el pueblo de Alaior se fue desarrollando alrededor de la colina donde se levantó la iglesia de Santa Eulàlia. La economía del municipio se basaba en el cultivo del trigo, la viña, los regadíos en los barrancos y la ganadería.

Los siglos XV y XVI están marcados por las incursiones de piratas bereberes del norte de África en toda la isla, con especial repercusión en las poblaciones costeras (Maó fue saqueada en 1535 y Ciutadella en 1558). Estos ataques también afectaron a Alaior y, durante el s. XVI, se fortificó la torre de Santa Eulàlia, al mismo tiempo que se formaron compañías de hombres armados para la defensa del municipio.

Durante el s. XVII, se fundó el convento de Sant Diego de los frailes franciscanos. En 1644, en un ataque de los piratas berberiscos, moría el entonces alcalde de Alaior Miquel Barçola Cardona. Y el estandarte que llevaba el regidor en este combate acabó convirtiéndose en la bandera del pueblo o ‘bandera d’en Barçola’, formada por ocho fajas horizontales alternas de colores amarillo y azul-verdoso, y cruzada por dos fajas diagonales de color ocre-amarillo. 

Pero, en 1651, cambió radicalmente el sistema administrativo de la isla, ya que Ciutadella dejó de ser el núcleo central de gobierno y el resto de jefaturas municipales de la isla adquirieron un carácter independiente. Es así como la institución de gobierno local de Alaior pasó a tener potestad, entre otras cuestiones, para recaudar sus propios impuestos.

Alaior era, por aquel entonces, una sociedad estamental típica del Antiguo Régimen, dividida en brazos o estamentos: los militares, el clero y el tercer estado. Este tercer estamento lo conformaban los ciudadanos, los burgueses, los payeses y los menestrales o artesanos de cualquier oficio mecánico medieval. La actividad textil era importante en el pueblo, dada la existencia de los gremios de peleteros, tejedores y sastres.

Las dominaciones del s. XVIII de Menorca ejercidas por ingleses, franceses y españoles no supusieron un cambio substancial en el gobierno del municipio, pero la institución local se vio obligada a aportar dinero, materiales y mano de obra para la construcción de cuarteles militares para las tropas y del camí d’en Kane. Un camino de caballos que atravesaba Menorca de Ciutadella a Maó y que hoy es, desde Es Mercadal a Maó, una ruta paisajística. Se construyó durante la ocupación británica y mientras Richard Kane fue gobernador de la isla. Se hizo como la alternativa más cómoda y rápida para cruzarla sin tener que pasar por medio de los municipios, donde las tropas inglesas eran silbadas por los ciudadanos locales, que les veían como dominadores herejes. 

El s. XIX supuso el retorno de la corona española a la isla. La desamortización de bienes eclesiásticos de 1835 tuvo sus efectos en Alaior, con la incorporación del convento de Sant Diego al patrimonio estatal. Con el tiempo, este edificio se convertiría en un alojamiento o caserna militar y, posteriormente, en viviendas particulares, conocidas como el Pati de sa Lluna. Y en 1836, se constituía el Ayuntamiento de Alaior, tal y como lo conocemos en la actualidad.

También marcó el inicio de la industrialización del pueblo. Una de las industrias más destacadas es la del calzado, que tuvo una gran expansión durante el s. XIX, llegando a registrar veintidós fabricantes en 1890. Crecimiento truncado por el final de la Guerra de Cuba (1898) y que dio paso a una recesión muy importante en el sector. Sin embargo, durante el s. XX se fue recuperando, y se crearon nuevos talleres y posteriores fábricas de zapatos.

En 1908, se puso en marcha la central eléctrica que abastece de energía eléctrica al pueblo. Entre 1910 y 1925, y en un momento en el que la fabricación de calzado atravesaba serias dificultades, se inició la fabricación de bolsas de malla de plata y de bisagras. Esta última industria metalúrgica conoció una gran expansión entre el final de la Guerra Civil y la década de los ochenta, y ha llegado con pujanza hasta nuestros días.

La ‘guerra de España’ marcaría un período de aislamiento de Menorca al quedar dentro del bando republicano. Posteriormente, la dictadura supondría que el gobierno municipal de Alaior estuviera controlado por las autoridades franquistas.

Ya, a partir de los años 50, el pueblo vivió un auge económico con la industrialización de la producción de diversos productos como el calzado artesano, la bisutería y el queso. También comenzó el desarrollo de la industria turística del municipio. Durante los sesenta, se construyeron las primeras urbanizaciones en los arenales de la costa sur del municipio, en cala en Porter y Son Bou. Esto provocaría la llegada de población foránea para trabajar en el turismo y en la construcción. Mientras, el sector agrario iría perdiendo mano de obra que fue compensada con la mecanización de las explotaciones agrarias.

Destacar en esta época, la creación de diversas cooperativas que han tenido continuidad en el tiempo. En 1953, los zapateros fundaron la de San Crispín que hacía frente a las necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes a todos los socios; en 1966, se creaba la Cooperativa Insular Ganadera (Coinga); en 1958, los payeses constituían la Cooperativa de Sant Llorenç; y en 1966, se organizaba la de Sant Josep, con la finalidad de apoyar a los y las alayorenses en la construcción de su casa.

Hoy en día, Alaior es el tercer municipio de la isla por volumen de población con unos 9.600 habitantes que viven, principalmente, de los sectores industrial y de servicios turísticos. En lo industrial, destacan las empresas de fabricación de zapatos, y de productos lácteos y quesos artesanos con Denominación de Origen Mahón-Menorca. Pero el turismo es lo que de vida a la economía de esta localidad que, curiosamente, no tiene salida propia al mar por la franja de tramontana, pero sí por la zona de mediodía, donde, entre otras, están las playas de Son Bou, el más largo arenal de todo el perímetro de costa menorquina.

Monumentos urbanos

El patrimonio histórico y cultural de Alaior es, predominantemente, de carácter religioso: la iglesia de Santa Eulàlia (reedificada en el s. XVII); el convento de Sant Diego, con el viejo claustro franciscano conocido como Pati de sa Lluna; la ermita de Sant Pere Nou (s. XVIII); y la capilla de Gràcia.

Iglesia de Santa Eulàlia: El actual edificio fue construido entre 1630 y 1690. De trazas renacentistas y con una clara influencia manierista, cuenta con algunos elementos barrocos. Es una de las iglesias más espaciosas de Menorca. Presenta una planta de nave única, construida con bóveda de cañón con arcos fajones y seis capillas laterales intercomunicadas por un paso abierto en 1735. En caso de invasiones, tenía que servir de refugio para los alayorenses, de ahí su maciza estructura y grandes dimensiones. Su fachada principal es una de las más originales de la isla, al estar formada por dos cuerpos casi ciegos y rectangulares superpuestos. En el cuerpo inferior, sólo encontramos la puerta principal, y a la que se llega a través de una rampa y una escalera. En el cuerpo superior, atrasado para dejar un paso que comunica los dos torreones de los extremos, hay un rosetón. En su interior destaca la capilla del Roser, embellecida a principios del s. XIX con un retablo neoclásico; y el retablo barroco del altar mayor. Durante la Guerra Civil, fue saqueada y destruidos órgano, altares, retablo del altar mayor y demás elementos ornamentales. En su última restauración, se recuperó la fábrica originaria, el marès visto.

Convento de Sant Diego y Pati de sa Lluna: En 1629, se bendijo la primera piedra de este conjunto arquitectónico dedicado a Sant Diego, y formado, básicamente, por la iglesia y el claustro. Esta casa religiosa albergó a un grupo de monjes franciscanos que se establecieron en Alaior para responder a las necesidades de la creciente comunidad cristina del pueblo. Fueron expulsados en 1835 a causa de la desamortización de Mendizábal,  que convirtió el claustro del convento, primero, en cuartel militar y, luego, en viviendas populares. El interés del claustro, se centra en el espacio común, con un pozo en medio del patio, y una estructura de arcadas y balaustres en los niveles de las galerías superiores. Desde 1993, el conocido popularmente como Pati de sa Lluna fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Adquirido el inmueble por la Administración pública, comienza su reconversión en espacio cultural y social.

Ermita de Sant Pere Nou: Hoy en día, forma parte de la trama urbana pero, originariamente, estaba situada a las afueras del pueblo. Construida entre 1723 y 1731, la planta es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón, con tres capillas a cada lado y ábside trapezoidal. Cerca de la iglesia, se extiende una zona de parque y recreo conocida con el nombre de Sant Pere Nou. Actualmente, no acoge oficios litúrgicos, pero sus puertas se abren para celebrar bodas y las fiestas populares de Sant Llorenç.

Capilla de Gràcia: Forma parte de la iglesia del mismo nombre, situada en el Coll del Palmer, al costado del hospital civil. Construida a mitad del s. XVI, tuvo que reformarse completamente en el año 1734 debido a su deterioro. El techo está formado por tres bóvedas de crucero separadas por arcos. Durante la Guerra Civil, se usó como enfermería y, actualmente, como sala de exposiciones y punto de información turística.

Destacar, igualmente, la ermita rural de Sant Llorenç de Binixems (al norte y reedificada a finales del s. XIX) y, como expresión de arquitectura civil la Casa Consistorial (edificio del s. XVII) y las casas representativas de antiguas familias acomodadas de Can Salort que, construidas a finales del s. XVIII, conforman uno de las edificaciones más importantes de Alaior. Además, una reciente intervención ha permitido convertir este espacio en sede de la Universidad de las Islas Baleares en Menorca.

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