Juanlu Esbrí & Edu Alonso ganaban el 7 de mayo, Día de la Madre y con todos los suyos viéndoles en directo, el TAU Cerámica Alicante Open 500. Entonces, finalizaban el partido a puro grito, exultantes de felicidad y sin acabar de creérselo del todo. Pasadas las semanas, nos confiesan que aquella victoria, la primera en el circuito profesional para el joven jugador castellonense y la segunda para el valenciano, les ha supuesto “un chute de motivación y confianza de cara a lo que resta de temporada”.
Ambos reconocen cómo detrás de cada victoria hay mucho trabajo y tanto Esbrí como Edu se satisfacen del trabajo bien hecho, porque “tarde o temprano da sus frutos”, pero se conjuran para seguir mejorando. “Al final, la temporada es muy larga y sabemos que tenemos que seguir trabajando duro”, confiesa Juanlu.
Habituales ya de los torneos World Padel Tour, se conocen desde la etapa de menores, si bien, hasta el pasado año no habían jugado nunca juntos. “Es un placer poder jugar al lado de Edu” -asegura Esbrí- “En menores, nunca conseguí ganarle un set y siempre he tenido un gran respeto y admiración hacia él”. Por su parte Alonso, confiesa haber encontrado en Juanlu, “no sólo a un muy buen compañero, sino a una grandísima persona”.
Profetas en su tierra, estos dos valencianos dedicaron su magnífica victoria a sus madres, en particular, a sus padres, hermanos, novias y amigos. Un núcleo duro de personas muy cercanas a ellos que continuamente les están formando en grandes valores y no sólo como jugadores y sino, también, como personas. “Al final, son los que siempre están y en los que te apoyas en los momentos duros. Y poderles brindar momentos bonitos como fue la victoria del WPT Alicante Open 500 es una gran satisfacción”, se sincera el castellonense.
Ojalá a lo largo de esta temporada haya más momentos de éxtasis para Juanlu Esbrí & Edu Alonso. Porque, egoístamente, eso querrá decir que los aficionados/as al pádel habremos disfrutado de un gran match. Uno o más partidos desbordantes de remates y recuperaciones imposibles de Esbrí, y del control y manejo del juego de Alonso. Ésta es, sin duda, junto a su juventud y hambre de grandes victorias, la fórmula de su juego y de tratar de llegar a lo más alto del circuito profesional.