Reus es conocida por ser la ciudad natal de Gaudí. Aquí fue bautizado y pasó su infancia. Y, aunque no ha dejado demasiado legado directo, cuentan los lugareños que las escaleras del campanario de la iglesia Prioral de Sant Pere le sirvieron de inspiración para, posteriormente, trasladarlas a la Sagrada Familia de Barcelona, su obra máxima.
De hecho, ese campanario es lo primero que verás al entrar en Reus. Con sus 62 metros de altura, es una torre hexagonal de 7 plantas imponente que se alza entre sus edificios y desde la que, como visitante, disfrutarás de las mejores vistas de la ciudad y su entorno de costa y montañas. Desde arriba, podrás contextualizar más que desde ningún otro sitio los atractivos culturales y ‘experenciales’ que la dinámica ciudad mediterránea te ofrece.
Empieza por la propia iglesia Prioral de San Pedro, el mayor templo dedicado al patrón de la ciudad. Hay documentos referidos a ella datados a mediados del s. XII, pero dedicada a Santa María. Entre 1330 y 1331, se realizan diversas ampliaciones y pasa, ahora sí, a la advocación de San Pedro. Pero será, entre los años 1512 y 1610 cuando el arquitecto y maestro de obra lionés Benet Otger, la dota de un estilo gótico tardío, pero con fachada ya renacentista. Destacar, además del campanario ya mencionado y también de estilo gótico, la Capilla del Santísimo.
Seguidamente, turno para la visita estrella de la ciudad, la Casa Navàs. Es, sin duda, el edificio más importante de Reus y no te pasará desapercibida. Su singularidad la convierte no sólo en uno de los mejores exponentes del modernismo catalán más allá Barcelona sino, también, a nivel europeo.
El proyecto de esta vivienda burguesa, construida entre 1901 y 1907, no lo firma curiosamente Gaudí, sino el maestro Domènech i Montaner (Palau de la Música Catalana y Hospital de Sant Pau, en Barcelona). El arquitecto y político barcelonés recibió el encargo de Joaquim Navàs y esposa, y la casa debía albergar en su planta inferior la tienda de comercio de textiles de la familia Navás.
Su interior bien merece una visita. Se conserva prácticamente intacto, con una decoración sorprendente de cerámica, mosaicos, piedras, vitrinas o el mobiliario de Gaspar Homar. Pero la visita guiada hay que reservarla con bastante antelación. Habrás de conformarte, por tanto, con visitar la tienda de tejidos de la ‘guapa del Mercadal’, como popularmente se la conoce, y que conserva la estructura y el mobiliario original. Y, por supuesto, con la impresionante fachada de piedra de la casa, que durante la Guerra Civil perdió su torre y el coronamiento escalonado original.
En la misma plaza reusense, te toparás con el centro de interpretación dedicado a la vida de Gaudí, el Gaudí Centre. Tres plantas en las que experimentarás con las últimas tecnologías, sumergiéndote de lleno en la vida y obra de Antoni Gaudí i Cornet (Reus, 25 de junio de 1852 – Barcelona, 10 de junio de 1926), máximo representante del modernismo catalán.
Espectáculos visuales, maquetas táctiles, réplicas, entre otras, de las estructuras de las torres de la Sagrada Familia, las chimeneas de la Pedrera y de la Casa Batlló, juegos y experimentos que te proyectarán y trasladarán mentalmente, incluso, al taller de este arquitecto dotado de un sentido innato de la geometría y el volumen.
De fuerte intuición y capacidad creativa, Gaudí concebía sus edificios mentalmente y de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como a las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en su arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba personalmente a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Tanto, que introdujo nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso ‘trencadís’, troceado ornamental hecho con piezas de cerámica de desecho.
Pero si eres un apasionado de Gaudí, además, podrás fotografiarte junto a la escultura que representa el Gaudí niño y visitar su casa natal en la calle de Sant Vicenç.
Pero volviendo a los edificios emblemáticos de Reus, una segunda joya que no puedes dejar de admirar es el Institut Pere Mata y, más concretamente, el Pabellón de los Distinguidos, fácilmente reconocible por su fachada llena de símbolos modernistas y el uso de ladrillo caravista.
El Institut Pere Mata es un centro psiquiátrico, también, obra de Domènech i Montaner que, inicialmente, planeó 18 pabellones pero que, por un tema presupuestario, se quedarían en 11. Pabellones todos ellos separados por jardines para conseguir aislar a los enfermos, pero sin vallas altas a sus alrededor que diesen la impresión de encerramiento.
El de ‘los Distinguidos’, inaugurado en1900, alojaba a los internos con mayor clase social y poder adquisitivo. Las amplias estancias de las áreas comunes de la planta baja (comedor, sala de billar o salas de lectura y descanso), estaban profusamente recargadas con decoración y grandes vidrieras que sustituyen a las verjas. Mientras las habitaciones individuales de los internos de la primera planta disponían de baños individuales, sala común cada dos habitaciones, lavamanos en el armario y plaqueta hidráulica con motivos florales.
Si bien, al margen de los dos tesoros anteriores, Reus es un entramado de edificios con magníficas fachadas modernistas como la Casa Rull (Sant Joan, 27), de 1900 y de estilo modernista con elementos decorativos naturalistas, o la Casa Gasull (Sant Joan, 29), de 1911.
Pero, sobre todo, Reus es un paraíso para el turismo de experiencias que tanto nos gusta a los aficionados y a las aficionadas al pádel. Referente por su amplia oferta en el mundo textil, la ciudad tarraconense cuenta, en la actualidad, cuenta muchos comercios familiares de gran tradición que cohabitan junto a las nuevas tiendas de moda. También, con centenares de locales hosteleros donde tomar el clásico aperitivo de moda, el vermut, acompañado con el mejor tapeo previo o con una buena comida.
En su momento la ciudad llegó a tener una treintena de elaboradores de vermut y todavía hoy en día se mantienen varios establecimientos emblemáticos. La ruta del vermut se compone principalmente de las bodegas Rofes, el Museo del Vermut, único en el mundo, y Cal Massó; y las marcas Iris, Yzaguirre, Miró y, la más local, Cori.
La historia del vermut en la ciudad de Reus enlaza con la larga tradición de elaboración de diferentes tipos de bebidas alcohólicas durante el s. XVIII, como el aguardiente y que dio lugar a la popular expresión “Reus, París, Londres” al marcarse en la ciudad mediterránea el precio de este popular producto al igual que en las capitales francesa y británica.
Las familias que durante el s. XIX hicieron fortuna con el aguardiente o lo invirtieron en la incipiente y prometedora industria textil o en la industria vitivinícola. Así, el vermut, originario de la región alemana de Baviera y que se popularizó en la ciudad italiana de Turín como bebida de aperitivo, encontró en Reus una industria preparada para asumir la elaboración de este producto que tanto se estaba popularizando entonces en Europa.
De inmediato, la producción de esta bebida se convirtió en uno de los grandes exponentes de la ciudad y es que, entre finales del s. XIX y principios del XX, en la ciudad se elaboraban más de 50 marcas distintas, 8 de las cuales se siguen produciendo hoy en día bajo la denominación ‘Vermut de Reus’. Esto hace de la ciudad natal de Gaudí la auténtica capital del vermut.
Fuentes: Reus Turisme y chavetas.es
¿Quieres recibir todas nuestras noticias sin excepción?
Únete a la comunidad WPT Open 500 y estarás al día de lo que se cuece en la pista y en sus alrededores.
Ultimate Padel Company, SL (UPC) es la Responsable del tratamiento de tus datos, con la finalidad de gestionar tu inclusión en la comunidad WPT Challenger y de remitirte comunicaciones con novedades, promociones y nuevos servicios. Tienes derecho de acceso, rectificación, supresión, limitación, oposición al tratamiento y portabilidad. Puedes ejercitar tus derechos en challenger@wptchallenger.com. Más información en nuestra Política de Privacidad
