Para Bárbara Las Heras, “los Challenger son un escaparate muy bueno para las jugadoras que no son ‘top 8’”

20/09/2021

La jugadora madrileña nos cuenta cómo retomó el pádel profesional de competición tras finalizar su carrera y conseguir trabajo como médico residente. Situada en el ‘top 30’ del circuito World Padel Tour, tomó parte en La Nucía Challenger, junto a Aranzazu Osoro, y a punto estuvo de ganar la final. Conoce sus experiencias vitales y sus objetivos para esta temporada 2021.

Teníamos muchísimas ganas de charlar con Bárbara Las Heras tras su exitoso paso por el TAU Cerámica La Nucía Challenger donde jugó formando, ocasionalmente, pareja con Aranzazu Osoro. Y, finalmente, lo hemos conseguido. 

La jugadora madrileña, médico de profesión nos confiesa que optó por estudiar y ejercer la medicina, porque no veía un seguro de vida en el pádel. Aunque se muestra sorprendida de lo que ha crecido el deporte de la pala es estos últimos años y del protagonismo que, poco a poco, cobran las mujeres más allá de las ‘top 8’. 

Nos cuenta cómo el pádel, tras su increíble y “superponita” vuelta a la competición (la había abandonado por completo durante sus estudios), le ayudó a superar los momentos más duros de la pandemia y que vivió en primera línea en el hospital de La Paz donde trabaja. Y nos aconseja vivir la vida al máximo porque, en cualquier momento te, nos puede dar un revés.

Entre los objetivos de esta ‘jugadora Challenger’ poder seguir compitiendo e intentar ganar con firmeza a las jugadoras del mismo ranking (top 30) y marcar diferencias con la que están por debajo. Aunque, realmente, lo que le encantaría es plantar cara a las ‘top 8’ siempre que se pueda. 

¿Cómo llega Bárbara Las Heras con 10 añitos a la práctica del pádel? ¿quién y cómo te introdujo en este deporte?

Empecé con 10 añitos, porque abrieron un club al lado de mi casa, Club Pádel y Tenis Fuencarral-CPT Fuencarral. 

Mis padres se apuntaron y yo me puse muy pesadita diciendo que quería jugar entre su clase y la siguiente, en esos cinco minutos de descanso. Al final me apuntaron a mí también a clases.

El monitor que tuve vio que se me daba bien y ya empecé a entrenar más en serio con Juan Carlos ‘Juanca’ Dezeo con el que estuve muchos años, casi toda mi infancia, entrenando. 

¿Te veías ya entonces jugando como profesional de este deporte?

No, no me imaginaba para nada ser profesional de este deporte. 

Es verdad que desde que empecé a jugar, al año siguiente, ya fui campeona de España alevín. También, según pasaba de etapa en etapa de menores, fui ganando muchos títulos y era una jugadora que destacaba. 

Pero por entonces, comienzos de 2010, más o menos, el pádel femenino no era profesional, no se podía vivir de él. 

Ahora me enorgullezco y, todavía, me sorprende que haya avanzado tanto el pádel femenino, que se tiene mucho en consideración. Pero aún le queda mucho por ganar y por extenderse de cara a que sea puesto aún más en valor.

Con 19 años decidiste hacer un alto en tu carrera deportiva para estudiar medicina, ¿deportivamente no estabas alcanzando los objetivos que te habías marcado? ¿lo de ser médico estaba en tu cabeza antes que ser jugadora de pádel profesional? ¿tenías claro entonces que retomarías tu carrera deportiva tras doctorarte?

Pasé de menores a categoría absoluta y estaba contenta con los resultados que estaba obteniendo, pero también veía que de ninguna manera se podía vivir del pádel. Del pádel sólo vivían las muy muy muy de arriba, las que ganaban todos los torneos, el resto no podía dedicarse profesionalmente al pádel. 

También vi cómo las carreras de muchos compañeros/as de menores muy destacados se veían truncadas por las lesiones. Y yo no quería que eso me pasara a mí. Yo quería asegurarme una vida profesional que fuese más segura y, por eso, decidí hacer medicina. 

Y lo decidí con todo. Dejé completamente el pádel. Me dediqué por completo a la medicina, porque creo que hay que dedicarle el 100%. Es una carrera muy dura, a la que se la dedica muchas horas y hay que salir bien formado. 

Mientras estudiaba la carrera, en ningún momento, me planteé volver a jugar al pádel. De hecho, creo que jugué un partido al año en los cinco o seis años de carrera. Y yo pensaba que no iba a volver a jugar. 

Cuando terminé la carrera, hice el examen MIR, tuve unos meses de vacaciones, era 2019, llevaba muchos años sin jugar y fui jugando un poquito más y me dije, bueno, voy a apuntarme a un torneito. 

Empecé en un torneo de club, jugué ‘la madrileña’, vi que no se me había olvidado del todo, luego pedí mi única ‘wild card’ para World Padel Tour y me la concedieron. 

Fue una experiencia superbonita. Fue como empezar, otra vez, toda la competición desde cero, como si yo nunca la hubiera jugado. 

La verdad que fue muy bonito vivir esa experiencia de 2019-2021. De no jugar nada a jugar poco a poco en torneos menores, luego jugar al máximo nivel en el circuito profesional. Empezar en preprevia con un ‘wild card’, subir a previa, llegar a cuadro y, ahora, estar ahí en el límite, intentando luchar por mantenerme al ladito, justo por debajo, de las ‘top’ y procurar hacerlas partido. Ese mi objetivo ahora. 

Fue increíble revivir todo de nuevo otra vez. No sé si habrá mucha gente que lo haya vivido, pero fue superbonito. 

¿Cómo compatibiliza una jugadora profesional sus entrenamientos y competiciones con su trabajo de médico residente en el hospital madrileño de La Paz como es tu caso?

Con muchos quebraderos de cabeza. Hay que tener muchísima organización. 

Yo trabajo por las mañanas, entreno por las tardes y, luego, tengo 4 o 5 guardias al mes, en las que trabajo 24 horas continuadas. 

Para Intentar organizarlo todo, tengo que hacer muchos sacrificios personales. 

Para poder viajar y jugar los torneos, tiro de mis vacaciones personales y luego, es verdad, tengo muy pocos periodos de descanso.

Intenté, cuando empecé la residencia, que me dieran algún tipo ayuda como las que dan en las carreras a los deportistas de élite. Y me dijeron que sí había deportes a los que se concedían ayudas, pero que el pádel no estaba reconocido como tal. 

Así que ojalá algún día esté reconocido y me pueda pillar una ayudita para hacerme la vida un poquito más fácil.

Durante los meses más duros de la pandemia, te entregaste en cuerpo y alma, como el resto de sanitarios de este país, a la atención de las personas enfermas, ¿qué debemos aprender de toda esta situación? ¿alguna cosa que hayas aprendido en estos momentos duros y que hayas trasladado a tu vida y a la práctica profesional del pádel?

La verdad que vivimos momentos muy malos. Fue horrible ver algunas situaciones. Yo vi sufrir a mucha gente en el hospital. Todavía sigo viendo las consecuencias del Coronavirus y de las situaciones que se dieron.

Y creo que la enseñanza es que hay que vivir la vida al máximo, que en cualquier momento te puede dar un revés y tienes que haberlo dado todo en cada momento para ser tu mejor versión, para intentar ayudar a todo el mundo y haber dado lo mejor de ti siempre.

¿Cómo retoma una deportista profesional como tú el pulso a la competición tras un largo parón como el que ha supuesto esta pandemia?

Pues como estuve cinco años sin tocar la pala durante la carrera, para mí esos tres o cuatro meses fueron menos duros. 

Es verdad que, psicológicamente, era complicado con el trabajo, pero a la vez el pádel me ayudaba a evadirme de todo lo que estaba viendo en el hospital. 

Yo me estuve preparando en mi casa, físicamente, que es lo único que podía hacer. Para intentar, cuando volviéramos a entrar en una pista de pádel, estar lo mejor posible para darle caña a la pala. 

En La Nucía Challenger llegabas a tu primera final como profesional, ¿qué supuso para ti?

Muy contenta. He jugado muchas finales en mi vida, pero era mi primera final World Padel Tour. 

Iba con mucha ilusión. El escenario, ver tanta gente animando, fue mágico, fue superchulo. 

Y fue una pena que no pudiésemos poner la guinda a ese torneo, porque había sido tan divertido y tan ilusionante.

Pero Jessica Castelló y Alix Collombon, nuestras rivales aquel día, jugaron muy bien. Es verdad que, a lo mejor, no fue nuestro mejor partido. Pero ellas se merecieron ganar con todas las de la Ley. 

Y sí fue una pena y ojalá pueda volverse a dar la situación y podamos hacerlo mejor, ojalá.

Te mostraste muy segura, muy fiable en tu defensa y decisiva en momento puntuales de los partidos que jugaste junto a Aranzazu Osoro en La Nucía, ¿destapaste el tarro de tus esencias? O ¿tienes alguna aún guardada y que poco a poco nos mostrarás?

La verdad es que todos fueron muy buenos partidos. Todas jugaron muy bien. Y sí siento que me cargaron mucha parte del juego, pero supe salir de esa situación. Supe estar aguantando. Además, Aranza me apoyó un montón.

Pero creo que hay mucho nivel en el pádel, también en el pádel femenino. En el World Padel Tour creo que aún no han tenido la oportunidad de mostrar la cara de esas jugadoras que no son las ‘top 8’ y que no salen tanto en las retransmisiones. Sólo contamos con esa oportunidad si llegamos a cuartos de final y creo que los Challenger para esas jugadoras es un escaparate muy bueno. 

Para que se vea el nivelazo que hay y que nadie se sorprenda cuando nos ven jugar bien y no nos conocen.

Yo creo que aún hay mucha Bárbara por sacar. Creo que tengo mucho potencial de mejora y estoy trabajando para que se vea dentro de la pista, así que ojalá se vea en otro Challenger. 

¿Cuáles son las metas que te has marcado como jugadora de World Padel Tour? ¿Cuántos años crees que jugarás al máximo nivel?

Las metas nos las marcamos cada año y, en función, de si las vamos consiguiendo o no.

Para este año, yo me marqué la meta de poder seguir compitiendo. Intentar ganar con firmeza a las jugadoras del mismo ranking. Intentar marcar diferencias con la que están más abajo en la clasificación y que le están dando muy duro y se están ‘viendo en nivelazo’. E intentar ser un poquito más descaradas e insolentes con las ‘top 8’, intentar plantarles cara.

Esos son los objetivos que me he marcado para este año. A la larga, es mejorar como jugadora, seguir creciendo de nivel y seguir manteniendo mi esencia.

Iré viendo con el pasar de los años cuántos podré seguir jugando al máximo nivel. Pero, mientras las lesiones me lo permitan y siga manteniendo la misma ilusión por competir, me gustaría tener una carrera larga.

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