Para el joven jugador madrileño de 23 años, Javier Gonzalez Barahona su primer título profesional cosechado en el Alfafar Challenger 2021, le supo a gloria bendita. Desde pequeño y con una carrera trufada de triunfos en categorías inferiores, había soñado con ese momento y cuando llegó, pasó de la euforia al llanto desconsolado.
Sin duda, fueron muchas las imágenes que se le pasaban entonces por la cabeza, su familia, su equipo,… y seguro que no todas buenas. Porque como él mismo reconoce en esta entrevista, en ocasiones, la espera de ‘esa gran victoria’ puede resultar frustrante. “Por las horas de entrenamiento invertidas, por la pasión con la que vives este deporte o por cómo en algún momento la has tocado con los dedos y se te ha escapado”, asegura.
Pero él, en su humildad es perseverante y se muestra convencido de que cada uno, para llegar a jugar entre los más grandes y ganar, ha de recorrer un camino, más o menos largo, pero el suyo propio. Amigo de Jorge ‘Coki’ Nieto desde Menores, reconoce en él y en su progresión en el ranking World Padel Tour el ejemplo a seguir. Aunque, sabedor de sus debilidades y con los pies en el suelo, confía en llegar “si de verdad lo quiero de verdad y continuo enfocado”.
En su niñez, dejó el fútbol por el pádel, en realidad, fueron sus padres quienes lo decidieron. Agarró la pala con nueve años y a competir con apenas 11. Fue campeón de España cadete, en 2014, junior, en 2016, y sub-23, en 2019, y fue el jugador número uno español de 2014 a 2016. De la mano de Fundación Damm abundó en su formación en pádel, como jugador profesional y como persona, es decir, “a saber valorar el trabajo de los entrenadores, marcas o patrocinadores, y a saber aprovechar un entrenamiento”.
Para este años 2022, le gustaría seguir mejorando su nivel y afianzarse en el ranking World Padel Tour lo más arriba posible. “El título de la pasada temporada no han cambiado en nada mis objetivos”, dice. Y tampoco los tres pilares en los que basa su preparación y a los que dedica más de 5 horas diarias, al menos, en pretemporada: entrenamiento en pista, entrenamiento físico y entrenamiento mental.
Veremos si su trabajo y su tesón vuelven a tener justa recompensa y, si es en una prueba Challenger, mejor que mejor para nosotros.